Tras un juicio que se realizó en su contra por los múltiples crímenes que había comentido, Arthas entregó todo aquello que le pudiese distinguir como paladín: Desde su armadura del ejército de la luz de Argus como la venganza de la luz reforjada en una espada, esta, actualmente reposa en la tumba de Uther.
Armadura de placas de Ventormenta, réplica de Anduin Lothar:
Como homenaje al que cree que es uno de los héroes más remarcables de Azeroth, Arthas ha empezado a portar esta armadura hecha a medida por un herrero experimentado. Es del mismo material que las armaduras comunes, solo que de color azul oscuro en vez de plateado y sin casco. La capa que lleva enganchada es de color completamente blanco portando la insignia de la alianza de Lordaeron como estandarte y memoria de su pueblo.
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La armadura en si tiene las caracterísitacas de las de cualquier soldado, sin embargo, sus hombreras tienen más detalles que las normales.
Filo de la redención:
Espada encontrada en una cripta que antaño perteneció a un desconocido paladín, esta emana una luz propia de la hoja que hace que el espíritu del usuario se clarme y temple.
Esta espada ofrece un buen apoyo a las habilidades provenientes de la luz, potenciándola un poco como catalizadora de la misma, forjada en Veraplata con un cristal como núcleo mucho tiempo atrás, el filo no se ha desgastado, sino que se ha protegido gracias a la luz que dejó su antiguo portador en su sarcófago a la espera de otras manos que la empuñasen.
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Tiene una facultad oculta, y es que como la crematoria, esta espada puede emitir una ráfaga de luz altamente dañina, aunque esto agota a su usuario.
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Recientemente ha sido mejorada con Azerita tras una batalla a los pies de un volcán, donde sufrió daños y el material ha sido aprovechado para reforjarla.
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Quebradora del alba:
Maza forjada a partir de una aleación cuyo compuesto está hecho de metales pesados y esquirlas de Veraplata, en si no tiene muchas cualidades, es una maza pesada con el reverso en forma de hacha parecida a la que tienen los guerreros enanos de Forjaz queriendo en parte imitar las dos armas de Muradin en una sola.
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La peculiaridad de esta arma es su empuñadura, hecha a partir de los huesos del protodragón Galakrond. Estos huesos han sido difíciles de manejar, dando a esta empuñadura la misma consistencia que podría tener de los metales más resistentes y a la vez una ligereza casi anormal.